domingo, 17 de junio de 2012

Trilogía: PADRE-HIJO-FUTBOL
Son de esas definiciones que internet no sabe dar. Que el diccionario, que en términos formales lo sabe todo, en este marco no puede expedirse.
La trilogía Padre-Hijo-Espíritu Santo (a los que pertenecen a la grey católica), le hacemos una pequeña variación y nos da como resultado uno de los vínculos más inquebrantables de la humanidad: Padre-Hijo-Fútbol. Y en este mundo futbolero y paternal son infinitas las historias vinculantes entre las generaciones.

Miles, sin importar colores, convierten a sus recién nacidos/as en socios de los clubes en el instante mismo que la cabeza del nuevo terrestre asoma en el planeta… Alguno (si ya no pasó) le va a proponer a la madre que en la sala de parto haya un empleado administrativo del club en cuestión para ganar tiempo…
Es que la “trilogía” es como amor al cuadrado, y lo sentimental a flor de piel. Es tomar la bici o la moto para llegar a un estadio para mostrarle seguridad a tu pibe que está con los “ADIDAS” que te costaron buena parte del sueldo pero que en el mismo momento que se les puso y le viste la alegría en la cara ya valió la pena…
Es consolarlo cuando algún técnico que se hace el Guardiola y le habla de cuestiones tácticas y de trabajos físicos y no lo ponen “porque estaba ganando”….
Es convencerla a la madre en un “reunión secreta familiar” como si se tratase de las Naciones Unidas que le levante la penitencia porque tienen que ir a la cancha juntos…
Es perder una final y sufrir más por él que por vos, que no dudas del sentimiento que le pasaste por carácter transitivo, pero que en el mismo instante que el “Bombero” del árbitro pitó te sentís responsable…
Es que el pibe que creció y se fue a estudiar afuera te llame y antes de preguntar como estás te pida que le digas como está el partido y que le hagas escuchar a la banda de amigos que aún están alentando por la misma casaca…
Es llegar a primera y que el viejo lo siga por cualquier estadio, apurando el almuerzo dominguero para estar presente ante aquel hijo que destila talento en las canchas de nuestro terruño.
Aquel que lo tiene cerquita que lo disfrute al máximo, y al que se le fue por esas cuestiones de la vida que eleve su mirada al cielo que lo busque imaginariamente y le tire una pared para que el recordado “viejo”, la devuelva de primera.
Intentémoslo dar una definición nosotros…
Día del padre + Fútbol: Sentimiento inquebrantable, diáfano, vinculante y responsable de abrazos y llantos en circunstancias favorables y adversas. Muy formal no? Vamos con otra: Amor incomparable que ni la muerte puede detener. Es ese viento que te abraza cuando aparece el desconsuelo futbolero. El fútbol y los viejos desafían al tiempo…

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