Ayer por la tarde se
desarrolló la primera final de la Liga Pehuajense de Fútbol en el estadio Juan
Halzague, donde Defensores venció 2 a 0 a Maderense con goles de Damián Soria y
Lucas Fernández. El encuentro se jugó ante un imponente marco de público, que
presenció un emocionante juego disputado
de manera muy noble, ya que ambos planteles fueron leales a la hora de pelear
por cada pelota.-
Esto último sin dudas
facilitó la tarea de reconocido árbitro nacional Andrés Merlos, quien en líneas
generales tuvo una correcta tarea. El encuentro desde el vamos presentó a dos
conjuntos con diferencias sustanciales. Los locales venían diezmados producto
de las ausencias de Daniel Galeano, Agustín Cassavechia y Nicolás Lucero, al
mismo tiempo que arrastraban un importante desgaste físico debido a la
maratónica semifinal ante Calaveras. La visita, por su parte, repitió formación
y tuvo la posibilidad de contar con todos sus componentes intactos.
Este contraste fue
reforzado en el inicio del cotejo, sobre todo cuando Damián Soria decretó un
verdadero golazo que abrió la cuenta en el marcador. De todas maneras Maderense
no sufrió el impacto y logró mantenerse en pie, fundamentalmente a través de lo
que proponía y exigía uno de sus principales hombres: Maximiliano Jorda. Esta
tendencia la pudo sostener hasta los primeros ocho minutos del complemento, ya
que a partir de ese momento fue superado claramente por su rival.
La segunda conquista
llegaría luego de una enésima aproximación de los azulgranas, luego de varias
intervenciones novelescas del estelar arquero Diego Calandria. En este caso el
verdugo para los albiverdes sería Lucas Fernández a solo 15 del final, marcando
una merecida e irreversible ventaja. No fue un tanto más para el ex delantero
de Villa San Carlos, porque con esta conquista se transformó en el máximo
artillero de la actual temporada.
Las dimensiones y el
estado del campo de juego atentaron contra la producción futbolística de los
protagonistas, por eso es que se observó un trámite un tanto discreto, en el
que los dirigidos por Julio Galeano fueron dueños de las llegadas más claras.
Pero aún no está dicha la última palabra, ya que el próximo domingo volverán a
verse las caras en el Alberto Irigoyen.
Maderense ya ha dado
sobradas muestras de poseer una admirable capacidad de revertir escenarios
adversos, con actuaciones en las que la hazaña ha bañado al elenco de Rubén
Aguirre. Una vez más se retiró bajo los cálidos aplausos de su parcialidad, la
cual le concedió el título de un campeonato que ya obtuvieron: el de ver en
cancha a adolescentes de la localidad que han llevado el nombre del club a lo
más alto, instancia que no imaginaba ni el más optimista de los citados.
En cuanto a
Defensores, tendrá la inmejorable posibilidad de festejar frente a miles de los
suyos el tan añorado título luego de 12 años de agonía. Cuenta con dos resultados
a su favor para dar la vuelta olímpica: empatar o ganar. Sus futbolistas
tendrán la grata posibilidad de reeditar lo logrado en 2003, cuando derrotaron
en aquella final a Independiente de Mones Cazón.
PRIMER TIEMPO
Cuando apenas
transcurrían segundos de iniciado el partido, Damián Soria brindaría una
advertencia de lo que sería su producción personal. Cortó una pelota en el
mediocampo, descargó y fue en busca de la asistencia, la cual culminó con una
soberbia ejecución que se fue apenas desviada.
Dicho prólogo
desembocó en la apertura del tanteador, esta vez con una brillante jugada
individual del volante nacido en la capital bonaerense. Se desprendió de su
marca personal y comenzó a avanzar en territorio enemigo. Trazó un imparable
trayecto que terminó en un remate con su pierna izquierda que murió dentro del
arco de Diego Calandria.
La respuesta del
local llegó por intermedio de Maximiliano Jorda a los 15´, con un disparo desde
afuera que se fue cerca. Posteriormente, cerca de la media hora de juego, un
tiro libre de Ricardo Todal sería parcialmente contenido por Calandria. El
rebote quedó en el pie derecho de Soria, cuya definición estuvo a punto de
transformarse en el segundo grito visitante.
Recién a los 34´
Maderense volvería a acercarse con peligro a Hugo Tolosa, en una de las pocas
situaciones en las que Guillermo Ortellado perdió ante Paul Vaquié. Este último
definió potente y cruzado, a centímetros del palo derecho del golero azulgrana.
ETAPA COMPLEMENTARIA
En el capítulo final
las dos primeras, a diferencia del primer tiempo, correspondieron a los dueños
de casa. Al minuto Maximiliano Jorda peinó un centro que se fue muy cerca;
mientras que a los 6´ Enzo Mónaco remató peligrosamente desde media distancia.
Pero serían las jugadas que darían paso a un verdadero aluvión de Defensores.
A los 8´ Eloy
Colombano no fue egoísta y le cedió el gol a Lucas Fernández, pero el suelo le
jugó una mala pasada y no pudo empujar el balón a la red. 60 segundos después
Diego Calandria, con una doble destreza cinematográfica, le ahogaría las
conquistas al citado Fernández y a Zanabria respectivamente.
El escenario era
realmente desalentador para Maderense, ya que solo podía inquietar a través de
algún remate lejano de Jorda y a raíz de errores ajenos. Cuando el reloj marcó
el 22´ se dio una de las jugadas colectivas mejor elaboradas, iniciada por
Guillermo Ortellado. El lateral de la visita habilitó a Franco Navarro, quien
ensayó un correcto centro para la llegada de Eloy Colombano, pero el ex
Cambaceres no tuvo certeza para definir.
Calandria se
encapricharía en agigantar su figura a los 26´, ya que de manera descomunal le
privó el gol a Ezequiel Naser y a Colombano de manera consecutiva. El primero
de los dos mencionados en este párrafo ganaría una pelota por derecha a los
31´, avanzaría por ese sector y nuevamente estaría cara a cara con el arquero
rival. Esta vez lo esperó y, cuando el Nº 1 fue a sus pies, asistió a Lucas
Fernández que esta vez no falló. El goleador del torneo ítalo “Barco” Calcagni
estampó las cifras definitivas de 2 a 0.
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