El click de ese primer tiempo (y del partido) se produjo a los 41 minutos. Gonzalo Benítez jugó un balón hacia atrás para el arquero Suárez, y Bruno, en su única distracción del partido, tomó la pelota con la mano. Carinci, como indica el reglamento, cobró tiro libre indirecto dentro del área, y KDT lo aprovechó. Tras el toque hacia atrás en la salida del tiro libre, Galeano sacó un remate fortísimo que, según el juez, dio en la mano de Enzo Ruíz, y la juzgó intencional. Penal para el local y expulsión para “Kiko”. Luego de las protestas, y hasta algún puñetazo por lo bajo, que los árbitros no vieron, cinco minutos después Marcelino Calzacorta se encargó de la ejecución y, colocó la pelota casi contra el ángulo superior izquierdo, lejos del alcance de Suárez. 1 a 0 y a cobrar. Así se fue el primer tiempo con la tranquilidad de la ventaja para el local.
En la segunda mitad los azules salieron a jugar a todo o
nada. Con una clara posesión de la pelota, contaron con varias situaciones de
gol, pero la defensa local, con escasos pruritos, revoleó por el aire toda
pelota que le pasó cerca y el palo derecho dijo ‘no’ en un par de oportunidades.
La primera vez fue a los 15 minutos cuando Emilio Miramón (que había ingresado
por Arbe –amonestado- para brindar contención y salida por la izquierda) escapó
del centro a la izquierda y sacó un zurdazo que se estrelló en el caño. Un rato
más tarde, con un contrataque, contestó KDT con un sablazo de Renzo Hidalgo que
casi rompe el travesaño y provocó el ‘uuhhh’ de la tribuna. Independiente era el
que hacía el gasto, iba, recuperaba la pelota, volvía a ir, pero no lastimaba.
Cada contra del local era un mano a mano con Suárez que en tres ocasiones evitó
el segundo y que los de Carrica liquidaran el partido. Los minutos se iban entre
saques laterales, segundos perdidos por las constantes caídas al piso de los
futbolistas albirrojos que una vez más merecieron el Martín Fierro a la
actuación, y el ingreso al campo de juego de algunos hinchas que provocaron la
demora del partido. Los minutos se iban… y se fueron. Darío Carinci pitó el
final y se armó la hecatombe, la debacle total, una seguidilla de hechos
bornosos que involucraron a jugadores e hinchas de ambas parcialidades. Una
pena.
De todos modos, la final se vio teñida de principio a
fin por otros hechos, dentro y fuera de la cancha, que empañaron la fiesta
futbolística. Desde la prohibición a este medio para ingresar al campo de juego
y ser declarados personas no gratas, los ‘condimentos’ siguieron con peleas
entre los jugadores, provocaciones de los suplentes locales para con la
parcialidad visitante, piedras entre las hinchadas, algunos hinchas de
Independiente que rompieron la Copa, y hasta un piedrazo a la cabina de
transmisión de un medio colega, fueron hechos que configuraron un escenario
totalmente repudiable.
"Colegas" Ahora le dan importancia a lo que escriben, ni siquiera los dejaron entrar a la cancha. Una verguenza!
ResponderEliminarMenos mal que no entraron, por que si no era culpa de ellos todo lo que se armo no? SE LES TIENE QUE CAER LA CARA!
jajaja que bueno estuvo...gordo cagon escondido en el asiento de atras vinistes y no te dejaron pasar xq no sos periodista quien te hizo creer eso jajaja bobo encima te volvistes con el culo roto jajajaja vuelvan el año que viene aca los esperamos
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