lunes, 12 de noviembre de 2012

DIARIO LA MAÑANA - LA VISION DE LOS COLEGAS BOLIVARENSES



El escándalo cubrió lo que debió ser una fiesta del fútbol. Ayer por la tarde, el estadio «Alberto Irigoyen» lució con un marco espectacular (unas 3.000 personas), para recibir el tercer partido final de la Liga de Pehuajó. KDT venció 1 a 0 a Independiente y logró el título de la LPF 2012. El autor del gol fue Marcelino Calzacorta, de penal, a los cuarenta y seis minutos del primer tiempo.
Un resultado que queda al margen a lo hora de hablar sobre lo que pasó en la cancha. Una batalla campal desvirtuó lo que debió ser un espec-táculo deportivo y una celebración. Culpas compartidas y un desafortunado final, para una historia que merecía otro desenlace.


Pasadas las 16.10 (el partido se retrasó por el gran número de personas que aún no habían entrado) comenzaron las acciones. Los equipos iniciaron el choque con mucha cautela; ninguno de los dos tomó las riendas del juego y el desarrollo fue pálido. Independiente después del primer cuarto de hora tomó la posta del partido y comenzó a prevalecer en las acciones. Sustentado en un gran trabajo de Gustavo Ruiz en la marca, y con la velocidad de Piccirillo, el "Indio" inclinó la cancha por esos pasajes. KDT, muy nervioso, no pudo dar dos pases seguidos y se repitió en pelotazos. Un tiro libre de Arbe a los catorce, fue la única chance de relativo peligro que se vio en casi todo el primer tiempo. Los minutos corrían y la mitad de la cancha era un polvorín: pierna fuerte, discusiones y poco fútbol fueron moneda corriente por los treinta. KDT apeló a Fernández y el delantero se las arregló para tocar con precisión y armar juego; pero su soledad en el ataque diluyó cualquier chance de gol para los de Carrica. El primer tiempo se moría e Independiente era el que proponía; sin llegar a inquietar, lo mejor futbolísticamente se vio en los pies de los de Gastón Irastorza. A los cuarenta se produjo la bisagra del partido: Funes intentó escalar por la derecha apilando gente, cuando Gonzalo Benítez llegó a cerrarlo. El 3 punteó la pelota y se la dio a Suárez, que inexplicablemente la tomó con sus manos. Tiro libre indirecto en el área chica y problemas para el «indio». La jugada siguiente fue un remate de Calzacorta que dio en la mano de "Leo" López (estaba en la barrera). Carinci no dudó y cobró penal, pero expulsó a "Kico" Ruiz por esa falta. Un detalle para nada menor, ya que para cobrar esa infracción, Carinci debió ver en quién impactó la pelota y más aún para dictaminar si el toque del balón con la mano fue intencional. Luego de esa decisión llegó el primer gran tumulto de la tarde: todos los jugadores comenzaron a discutir entre ellos y a protestarle al árbitro, en medio de un ambiente cada vez más espeso. A los cuarenta y seis, Calzacorta cambió el penal por gol con un fuerte remate cruzado. 1 a 0 para el local, que encontró la ventaja sin hacer mucho para obtenerla. El entretiempo llegó y los jugadores se fueron a los vestuarios en medio de muchísimas recriminaciones. El clima era de tensión.

El complemento comenzó con lógica, KDT tenía la ventaja e Independiente debía arriesgar. Con un hombre menos, los de Gastón Irastorza fueron por la heroica, con un juego que marcó el ritmo de las acciones. KDT era un equipo sumiso, no tenía la pelota y sufría los asedios de Independiente. Miramón ingresó en el inicio del segundo tiempo y le dio frescura a la zona de creación. Línea de tres y a matar o morir. Ese sistema de juego propició la estrategia de KDT, que claramente se paró de contragolpe. Independiente seguía teniendo la pelota, pero no cristalizaba nada productivo. Para destacar, un remate de Miramón a los dieciséis, que se fue por el costado de la red. El partido transcurría sin jugadas claras, hasta que a los veintitrés, Hidalgo combinó con Fernández, que se perfiló y reventó el travesaño con un derechazo. Una réplica letal, que pudo definir el cotejo. Inmediatamente, Suárez salvó al "indio" en dos oportunidades. Hidalgo y Fernández, mano a mano, no pudieron vencer al guardavalla. Intervenciones providenciales del uno, que le dieron vida a Independiente. Desde ese momento la fricción creció y los jugadores de KDT se encargaron de enfriar el juego. Cuando pudieron, sobreactuaron sus lesiones para hacer correr el reloj y congelar el ritmo del partido. Una artimaña valedera, pero que siguió encendiendo la hoguera. Lo último de los de Irastorza en ataque fue un remate de Aued, que de tiro libre exigió una volada de Calandria. Después de eso, el partido se murió y comenzó a gestarse el escándalo.
A los cuarenta y seis, "Leo" López vio la roja tras propinarle un golpe a Del Valle. Nueve hombres para Independiente y sensación de impotencia. En ese momento, un grupo de hinchas locales ingresó al terreno de juego. Una barbaridad, que se gestó ante la atenta mirada de los efectivos policiales. Tras algunos instantes, el juego se retomó, Carinci no recuperó los minutos y el pitazo final llegó. KDT era campeón después de cuarenta y ocho años. Con el epílogo de las acciones, llegó la locura: los jugadores de Independiente se fueron al humo sobre los de KDT y los forcejeos encendieron la mecha. Mientras eso ocurría, un gran número de hinchas del local invadió la cancha. Con ese marco, las escaramuzas comenzaron a transformarse en peleas salvajes. Golpes de puño, patadas y toda clase de artilugios se utilizaron para agredir. Marcelino Calzacorta fue uno de los que más recibió. El mediocampista local, en una actitud miserable, increpó a Alejandro Lappena durante el partido (le dirigió algunas palabras rayanas con la imbecilidad), por eso fue el más buscado a la hora de la «revancha». La gente de Independiente, al ver el panorama, rompió el alambrado e ingresó para sumarse a la gresca. En medio de un caos total, las escenas de pugilato se reprodujeron por todo el terreno. Jugadores e hinchas se mezclaron en un vendaval de violencia que pareció no tener final. En medio del tumulto, un hincha de Independiente ¡se robó la copa! que debía ser entregada al ganador. Si bien la copa fue devuelta luego, estaba totalmente destruida. También se generó un disturbio con la prensa; algunos de nuestros colegas fueron increpados y hasta una piedra partió el cristal de una cabina de transmisión, algo que condenamos y repudiamos. Lamentable papel de la policía, que no brindó garantías y no pudo evitar este escándalo, teniendo todas las herramientas para hacerlo. Se cerró esta Liga de Pehuajó 2012, con un lamentable episodio. Al margen de eso, KDT fue el campeón; en el balance de las tres finales los dos equipos fueron muy parejos, sin sacarse claras ventajas.
Independiente no pudo coronar su gran año, pero dejó todo en la cancha y generó un gran clima en el ambiente futbolero local. La gente volvió a los estadios y se vivieron domingos a todo fútbol.
Un gran mérito para este plantel, que no pudo levantar la copa, pero dejó bien arriba el nombre del fútbol local, en el año de su centenario.

Borrón y cuenta nueva, pasó la LPF 2012, con un suceso que, por su infamia, quedará en el recuerdo.

Pablo Pequi

3 comentarios:

  1. Pablo debo felicitarte por la buena labor periodistica,sin ser objetivo en nada,simplemente relatar lo que vistes,...ni mas ni menos..nuevamente felicitaciones.

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  2. Comparto lo dicho soy pehuajense fui a la cancha lo mas neutral y objetivo que eh escuchado

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  3. Fui a la cancha, soy neutral y vivo en Pehuajo; lamentable todo; esta cronica es la mejor que he leido hasta ahora. Lo que si debo decir que los que rompieron el vidrio de la cabina fueron los jugadores e hinchas de Bolivar (yo estaba en la tribuna de al lado). De todas maneras no importa quien, todo fue LAMENTABLE. LA POLICIA DESASTROSA (ademas de ser pocos). LA PROXIMA SE NECESITA ARBITRO DE AFUERA

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